CONFERENCIA SOBRE DOCTRINA E IDEOLOGÍA SOCIAL CRISTIANA
ÍNDICE
I DEFINICIONES BASICAS
II ARISTOTELES Y LA DOCTRINA SOCIAL CRISTIANA
III PILARES DE LA DOCTRINA SOCIALCRISTIANA: BIEN COMUN
1. DIGINIDAD DE LA PERSONA HUMANA
2. ORGANIZACIÓN PLURALISTA DE LA SOCIEDAD
3. ECONOMÍA DE SATISFACCION DE NECESIDADES
4. ROL SUPLETORIO DEL ESTADO
IV VIGENCIA, VIABILIDAD Y NECESIDAD DE LA DOCTRINA SOCIAL CRISTIANA;
DESARROLLO DE LA CONFERENCIA
I. DEFINICIONES BASICAS
El tema que nos ocupa es la doctrina social cristiana. Aunque pueda que en otra parte se haya obtenido definiciones conceptuales, quiero asegurarme que
nos encontramos identificados en cuanto a los conceptos de doctrina e ideología.
La palabra doctrina proviene del latín “docere” y significa lo que se enseña. Los que somos mayores podemos recordar que en nuestra infancia se usaba esta palabra indistintamente a la de catecismo, cuando nos enviaban a la Iglesia para aprender los primeros elementos de la religión.
Lo que se enseña puede provenir de la ciencia pura deductiva o de la empírica inductiva por la investigación u observación; de la tradición que pasa a generaciones lo previamente aprendido; de la elucubración y reflexión, en base a la filosofía, escatología y la religión.
En nuestro caso lo que se enseña proviene de una ideología.
Pero ¿que son las ideologías?
Eduardo Haro Tecglen en su “Diccionario Político” define las ideologías: “Conjunto de ideas (conocimientos, representaciones, supuestos, intenciones, juicios y opiniones) que forman un proyecto de gobernación”.
No debe ser confundido con el idealismo que significa idealización de situaciones ejemplo de lo cual lo constituyó el libro Utopía de Tomas Moro.
La ideología parte de un ideal para transformar la realidad, el aquí y el ahora.
Los partidos políticos son hijos de las ideologías”.
El citado autor destaca que pueden existir “ideologías propias” y no solo las ideologías matrices como el marxismo, liberalismo, cristianismo en el hemisferio occidental del mundo.
En el hemisferio oriental podemos observar Estados teocráticos derivado de la religión musulmana que sostiene la imposición de convicciones por la fuerza como se expandió el mahometismo y en ocasiones que fundamentalísimo mediante guerras santas como lo está haciendo el Estado Islamico.
En estas ideologías se confunden el liderazgo político y religioso.
Dentro del mundo musulmán existen los sunitas u ortodoxos seguidores de los primeros califas sucesores de Mahoma, y los chiítas, seguidores del yerno de Mahoma.
En los sunitas el liderazgo político y religioso están separados. Constituyen el 90% del mundo musulmán, con 1.200 millones de fieles.
Los chiítas, representando el 10%, son los fundamentalistas. El líder espiritual influye poderosamente en ejecutivos en el Estado y han llegado a serlo directamente como el caso del el Ayatola Jomeini en Iran
Pero no nos burlemos de este teocratismo musulmán. Occidente vivió una sociedad teocrática durante el medioevo hasta que Enrique VIII se constituyó en jefe de la Iglesia Anglicana que se fundara en la Inglaterra durante el siglo XVI
Los dominicanos hemos tenido ideologías propias. Balaguer hizo del reformismo una ideología emulando a Perón hizo del justicialismo en la Argentina. La dictadura con apoyo popular elaborada por Bosch, también lo fue.
Se observan ideologías propias en lo internacional.
El Aprismo instituido por el peruano Haya de la Torre que dio origen a la llamada izquierda democrática en Latinoamérica.
Hoy tenemos el “socialismo siglo XXI” de corte socio-populista introducido por Higo Chávez
Implica tomar decisiones públicas para complacer a gobernados excusándose en las injusticias predominantes sin ponderar la conveniencia al interés nacional genuino y sostenible de la nación. Se implementa a través de un gasto público alegre que conduce a una fiscalidad deficitaria con gran repercusión financiera y fiscal, solo sostenible en circunstanciasi de abundancia de recursos: Ej: Venezuela.
España fue, Grecia y Puerto Rico son, ejemplos de las consecuencias de estos populismo sin las enormes riqueza que ofrece el petróleo.
En Europa también se han observado ideologías propias: es el caso del marxismo de Tito en la hoy disgregada Yugoslavia.
Sadam Hussein intento demostrar que era descendiente de Mahoma.
Hitler de Cristo. Para avalarlo, procuró tener el Santo Grial, la copa que utilizó Jesús para instituir la eucaristía, en las montañas de Montserrat en Barcelona.
La cristiana es una ideología mas flexible. Menos dogmática. Sus respuestas NO son recetarios.
Han inspirado movimientos de izquierda como fueron los comandos revolucionarios del sacerdote colombiano Camilo Torres (CORECATOS en nuestro pais), que en Colombia se alzaron con las guerrillas.
Pero también han permitido sustentar a políticos conservadores como Donoso Cortés defensor de las monarquías y propulsor de la “dictadura del sable” durante el siglo XIX.
Y a Jaime Balmes, autor de “EL CRITERIO”, que sanciona frases lapidarias como las siguientes
▪ “El pueblo comprende más pronto el lenguaje de las pasiones que el de la razón.”
▪ “Entendemos más por intuición que por discurso:”
▪ “La educación es al hombre lo que el molde al barro. Le da la forma.”
“Las pasiones son buenos instrumentos, pero malos consejeros. El hombre sin pasiones sería frío, pero en cambio el hombre dominado por las pasiones, es ciego.”
▪ “lo más preciso de la razón humana, el sentido común.” (el menos común de los sentidos según del prof. Amós Sabrás)
▪ “No es fácil opinar contra los propios intereses; éstos arrastran las opiniones.”
Las conceptualizaciones doctrinarias e ideológicas, como los regímenes políticos que la inspiran, se mueven pendularmente a través de la historia.
Hay momentos y circunstancias que determinan en que lugar del péndulo se ubican cada una de ellas.
El fracaso de una ideología da origen a otra. O a la revisión de la misma. Se hacen perfectibles en la interacción con la evolución de la sociedad.
Siguiendo la dialéctica Hegeliana – Marxista puede afirmarse que una ideología como tesis impulsa otra como antítesis, dando por resultado una síntesis que luego se convierte en tesis y asi sucesivamente.
El marxismo se nutrió de las injusticias del liberalismo.
Convertido en leninismo por la revolución soviética de 1917 se revistió de mayor rigidez.
De las cenizas del marxismo surge el neoliberalismo y de las de éste hoy se levanta el socialismo del siglo XXI
Algunas ideologías han sabido armonizar las fuerzas adversas que la tientan como es el caso del comunismo Chino de hoy: Un marxismo político con el liberalismo económico.
Las doctrinas e ideologías aparentemente se encuentran en extinción, como advirtiera Gonzalo Fernando de la Mora desde 1956 en su libro “El crepúsculo de las ideologías”.
Aparentan en el crepúsculo, pero que nadie se lleve a engaños: No han eclipsado, ni están en el ocaso.
Lo que sucede que las ideologías hoy, mas que colapsar, no son tan químicamente puras como en el pasado. Han sufrido evolución, los embates de sus propios fracasos, los beneficios de la “competencia ideológica”. Y el enriquecimiento de la tecnología.
Han tenido que renovarse ante el surgimiento de nuevos fenómenos como los problemas ambientales antes inexistentes, globalización, predominio mediático de la función publica, el mediatismo social o de la civilización del espectáculo tentada por avances tecnológicos, informáticos y comunicacionales.
De paso, el efecto de las comunicaciones hace insostenible determinados modos de operar en el comportamiento político derivados de ideologías. Hoy es mas difícil el control de la información instrumento ideal para sostener una dictadura. Pero también, hoy se actúa pensando mas en el impacto mediático de una acto que el acto en sí. Con razón los “selfies” están tan de moda.
Otro elemento de renovación es la inmediata propalación de noticias que exalta la conciencia de los pueblos hasta fomentar mayor convocatoria hacia la rebeldía. Fue el caso de los Indignados y la Primavera Arabe
Una advertencia final sobre las ideologías. Cuando se hacen dogmáticas tienden a ser excluyente una de otra.
Jaques Maritain, una de las expresiones mas conspicua del pensamiento socialcristiano, aL escribir el prólogo del libro que recogió las principales opiniones de los pensadores del mundo ordenadas por las Naciones Unidas cuando se proponía redactar la carta universal de los derechos humanos inmediatamente después de la II Guerra Mundial, Maritain señalaba: “en el terreno de los asertos prácticos, es posible una declaración común ”. Diagnosticó y pronosticó un “proceso de unificación del mundo… en el que el concepto …sobresaliente …de los derechos y libertades del ser humano…aplicado a la obra de su destino personal…..y el concepto …sobresaliente del marxismo …comprometido en la obra histórica de las comunidades…..llegarían a complementarse”.
Y se preguntaba “¿Por qué asombrarse … que diferentes sistemas, aunque disputándose el porque, prescriban, en sus conclusiones prácticas, unas reglas de conducta cuyo cuadro de conjunto es …mas o menos idéntico para una época y cultura determinadas
II. ARISTOTELES Y LA DOCTRINA SOCIALCRISTIANA
Aunque parezca absurdo, la doctrina social cristiana se nutre de pensamientos de antes de Cristo: de Aristóteles.
Y esto porque tanto lo aristotélico como lo cristiano se basan en lo que reposa en el corazón de los seres humanos: el derecho natural, lo que llevamos instintivamente en nuestra naturaleza
El pensamiento socialcristiano se nutre de las encíclicas papales que inspiran la doctrina social de la Iglesia. Estas a su vez se alimentaron del pensamiento escolástico de Tomas de Aquino, que a su vez tomó como precedente el pensamiento de Aristóteles.
En el siglo IV adc en que se desarrolló Aristóteles, no existían naciones ni estados, sino pueblos y ciudades de donde viene el nombre de ciudadanos. Aristóteles las dibujaba partiendo de la casa hacia la aldea y de ésta hacia la ciudad de ciudadanos, donde terminaba la organización social. Esta concepción, abonada por la del hombre como “animal político y social”, prevalece como pieza fundamental de uno de los pilares de la doctrina social cristiana: el pluralismo social expresado en el ordenamiento demoler retóricas.
Su idea que “la tierra sea de propiedad particular pero que sus frutos se pongan en común o que la tierra sea común pero que sus frutos se repartan para utilización privada” inspira el pensamiento social cristiano sobre la propiedad e ilustra lo que luego se llamaría un Bien Común, fin esencial de la autoridad dentro de la doctrina social cristiana.
A propósito de autoridad, advierte que no todos los ciudadanos serán buenos lo que la hace necesario la autoridad, legítima mas que legal, elogiando la capacidad de mandar y obedecer; lo que se contrapone a la utopía marxista que postula, mejor dicho postulaba, una sociedad sin clases que cuando se alcanzará ellos no habría necesidad de autoridad. La transitoria dictadura del proletariado postulada por el marxismo hasta tanto se alcanzara esa sociedad sin clases, terminó quedándose como dictadura que se alterna con la democracia en el movimiento pendular de los sistemas politicos
Diez y siete siglos después de Aristóteles, siglo XIII después de Cristo, Tomás de Aquino, fundador del tomismo o la escolástica armonizó estos pensamientos aristotélicos con la doctrina cristina. Retoma la concepción de Bien Común, la responsabilidad sobre la paz social, la obediencia, y ¡¡¡ hasta de planificación ¡!! supuesto instrumento propio de los tiempos presentes y de los Estados totalitarios cuando recomienda que “para fundar ciudades debe elegirse un lugar… favorable a la salud … fértil para proveer subsistencia, que por su amenidad deleite y que por su posición sea fortaleza de ataques enemigos”
¿Aristóteles y Tomás de Aquino medio ambientalista y planificador al estilo del tercer milenio? Nada nuevo sobre la faz de la tierra como consigna el Eclesiastés.
Después del Renacimiento y la Reforma religiosa se inicia la formación de los Estados como lo entendemos hoy, que se expresa, en lo político, con la revolución francesa.
A eso se agrega la revolución industrial que cambia la sociedad: Los señores feudales van dejando paso a autoridades en la protección de poblaciones. Las artesanías, talleres y gremios van desapareciendo para dar paso a las grandes industrias movidas por maquinas alimentadas por combustibles (carbón) en lugar de ser movidas por personas. Surgen en consecuencia los obreros que se agrupan en sindicatos.
La reforma religiosa alimenta el liberalismo inicialmente ideológico, finalmente económico. El “dejar hacer, dejar pasar” pasa a ser la norma. El colonialismo y su dependencia con metrópolis, abona éstas normas, poniendo a competir las potencias de entonces.
Paralelamente a la sustitución de la producción en talleres gremiales y artesanales por las industrias, la agricultura de subsistencia va dando paso a la empresa agropecuaria.
El siglo XIX sorprende debatiendo entre la explotación humana y el rol del Estado. Surge el marxismo revolucionario que cuestiona la propiedad particular y fomenta la lucha de clases.
Entre el liberalismo ya capitalista y el estatismo dirigido del marxismo, resurge el pensamiento escolástico partiendo del papa León XIII con su encíclica Rerum Novarum, dando forma acabada al pensamiento comprehensivo de la doctrina social de la Iglesia.
Y conformando el pensamiento social cristiano contemporáneo.
Inicialmente inspiró la conquista gubernamental de la democracia cristiana en Europa. Ante la destrucción europea durante la II Guerra Mundial, Konrad Adenauer y la economía social de mercado, constituyeron la respuesta conocida como milagro alemán.
Tardaron dos décadas para que América latina se inscribiera en el socialcristianismo bajo el grito de “Con los pobres de América”. Acicateada por la revolución cubana, levantó la consigna de revolución en libertad; casi simultáneamente a cuando Balaguer enarbolaba la consigna de la revolución sin sangre luego de los acontecimientos de abril de 1965. Eduardo Frei padre en Chile y Rafael Caldera en Venezuela en la década de los 60s del pasado siglo fueron sus principales exponentes. Ambos concentraron la doctrina expresada en el desarrollo comunitario y la promoción popular como eje principal de sus gobiernos al margen de una respuesta estructurada a los problemas tradicionales de nuestras sociedades.
III. PILARES DE LA DOCTRINA SOCIALCRISTIANA: BIEN COMÚN
Si tuviéramos que definir con una expresión el propósito de un ordenamiento socialcristiano, se resumiría en el BIEN COMÚN: entendido como la creación de condiciones para alcanzar el máximo bienestar personal posible sin perjuicio o en armonía con el bienestar de los grupos a que pertenecen y de estos con toda la sociedad; procurar satisfacer el interés general en lugar del particular.
El Bien Común conlleva que el bienestar personal no se logre a costa del interés de grupos sociales o comunidades territoriales; y que los intereses de grupos y comunidades no se satisfagan en perjuicio a comunidades progresivamente mas amplios hasta culminar en la nación: territoriales: vecindarios, ciudades, municipios, provincias, regiones, nación; o grupos sociales – asociaciones, federaciones, confederaciones.
El Bien Común puede compararse con los vasos comunicantes que nos enseña la física: Cuando se agrega líquido a un vaso todos los conductos alcanzan el mismo nivel. Cuando se aumenta el nivel de una persona, un grupo, una sociedad, una nación inspirados en el Bien Común; este debe repercutir en la mejoría de las demás instancias humanas interconectados. Y cuando se produce un escape a uno de los vasos, o una obstrucción en el intercomunicación entre estas instancias, se vacían todos los vasos equivalentes a la disminución del nivel humano o el mejoramiento de un vaso no induce la elevación de nivel en otro.
El Bien Común es como la hora de un reloj de cuerda: cada rueda debe moverse dentro de un engranaje junto con otras hasta mover las agujas y dar la hora. Si parte del engranaje no funciona adecuadamente, las horas se detienen, adelantan o atrasan.
Así, Una persona o grupo que actúe inadecuadamente perjudica al grupo y a la sociedad.
Ej: efecto secundario de una explotación económica: una mina, una planta de GLP, Un colmadon que venda productos viciosos y produzca ruidos
De esta forma el bienestar personal, incluso la originada en el propio esfuerzo, debe supeditarse al interés del grupo y los de esta a la sociedad general progresivamente engranados No puede causar perjuicios a la comunidad y al grupo social a que se pertenece. El bienestar de los grupos a su vez supeditado al interés nacional. De allí la necesidad de imponer límites a las potencialidades individuales o grupales si es que perjudiquen los intereses sociales o nacionales.
De la misma forma el interés nacional debe supeditarse al interés internacional.
De esta forma el rol permanente de todas las autoridades del Estado será la de procurar el Bien Común
En la procura del bienestar de todas las personas por igual, hay que reconocer que en toda sociedad hay grupos mas fuertes que otros. De allí que para equilibrar las distorsiones, resulta imperativo que la acción de los poderes públicos estén dirigidos hacia todos y si tienen que preferencias ha de ser en favor de los grupos mas débiles.
Compete al Estado, en su rol de distribuidor de la riqueza nacional, o ejerciendo la justicia distributiva, asumir la responsabilidad de evitar o minimizar desequilibrios, corregirlos, neutralizarlo o compensar la parte afectada.
Atenta contra el Bien Común, toda actividad económica, delincuencia, paros laborales como los de transporte y médicos, deforestación, contaminación del aire y aguas, ruido, taponamientos, la energía sucia y cara. Atenta también cuando importadores al beneficiarse perjudican productores sin los correspondientemente a consumidores.
Para entender plenamente el Bien Común se requiere examinar los siguientes elementos que conforman la doctrina socialcristiana:
1. Tiene sus raíces en la Dignidad de la Persona Humana
2. Demanda una organización Pluralista y solidaria de la Sociedad
3. Procura una Economía de Satisfacción de Necesidades y generación fuentes de trabajo
4. Impone un Rol supletorio al Estado para maximizar los
1. DIGNIDAD DE LA PERSONA HUMANA.
Para el socialcristianismo, la dignidad de la persona humana constituye la piedra angular del resto del andamiaje doctrinario que lo conforma. Dignidad proviene de digno y digno significa merecedor: La persona humana merece lo mejor posible.
Esa dignidad es intrínseca, inmanente, inherente y consustancial a la persona. Nace con ella y para los cristianos, proviene del Creador al ser labrados a su “imagen y semejanza”.
No es una gracia o concesión del Estado, como sostienen doctrinas totalitarias sean clasistas como el marxismo leninismo, o el marxista si leninismo propugnante de la socialdemocracia, modelo estatizado del ejercicio del poder alcanzado por la vía democrática y ejerciéndolo también por la misma vía, especialmente respetando las libertades públicas.
La dignidad tampoco se sustenta, como sostiene el capitalismo, en lo que tienes: a
Tanto vales tanto tienes” o en el “vale que quien tiene”
Ni como sostiene el racismo en que se es digno en función de la raza – el nazismo de Hitler en que los arios eran mas dignos que otras razas de donde devino el antisemitismo – o del estatismo fascista sustentado en grupos elites que consideran que la dignidad es una prerrogativa de las clases dominantes, sean políticos, empresarios, profesionales, etc.. O del marxismo que considera digna la pertenencia a una clase, inicialmente proletaria, pero que termina, al igual que todas las corrientes totalitarias, en la pertenencia partidaria.
En la concepción socialcristiana no es la constitución y ni las leyes ni la pertenencia partidista lo que reviste de dignidad a la persona. El Estado la reconoce como atributo inmanente de la persona que la posee desde que nace. Es como solemos decir, se nace con ella debajo del brazo. No que unos tengan dignidad y otros no, sino todos, independientemente de raza, condición económica o social, credo religioso, pertenencia partidarias, etc.
2. ORGANIZACIÓN PLURALISTA Y SOLIDARIA DE LA SOCIEDAD
Pero la persona no se basta por si mismo. Necesita de los demás, desde que nace hasta su final temporal; especialmente hoy día en que la economía de subsistencia ha desaparecido: Los alimentos que comemos lo producen otras personas, al igual que el vestido que utilizamos y la vivienda donde habitamos, etc. Las personas necesitamos la compañía, calor, afecto, solidaridad y amor de nuestros semejantes.
Recordemos a Aristóteles “la persona es un animal social”. A diferencia del individualismo que considera cada persona en la sociedad dejada a su propia suerte, en la competencia que luego deviene en liberalismo económica; en una especie de “sálvese quien pueda”,
Esta sociabilidad de la persona suele expresarse en una asociación. En la familia, vecindario, organizaciones territoriales y funcionales, etc. Y la gran sociedad es la agregación de sociedades menores jerárquicamente ensambladas.
La sociedad pluralista pudiera esquematizarse como un panal de abejas, compuestas por celdas ensambladas. O con el reloj de cuerdas integrado por ruedas engranadas que se mueven integradamente
Los regímenes capitalistas originales, no tanto los contemporáneos, no reconocían originalmente la sociabilidad de las personas y sus derechos a organizarse (ej: sindicatos); o se lo reconocían a algunos mientras a otros sí. Concebían la sociedad como la agregación de individuos aislados, no como una gran sociedad integrada por sociedades menores.
Las concepciones totalitarias o estatizantes, si bien reconocen la sociabilidad, la consideran dirigida por parte del Estado El derecho a organizarse, lo conciben como una concesión del Estado a quien deben responderle con lealtad e incondicionalidad; siendo las manifestaciones mas frecuentes de ello la designación oficial de sus titulares o representantes, la interferencia en sus decisiones y administración. Ejemplo de ello es cuando el Estado “selecciona” quienes deben dirigir un sindicato o, dentro de una ONG, quien debe representar determinados sectores de lo población en decisiones públicas en lugar que las propias organizaciones designen representación.
En medio de esta inclinación por la no organización o por la organización bajo control del Estado, el socialcristianismo sostiene la sociedad pluralista constituida por una especie de federación de sociedades primarias, espontáneamente constituidas, partiendo de la familia hasta ensamblarse dinámicamente en toda la sociedad.
Es la agrupación sucesiva y progresiva de sociedades menores que moviéndose orquestadamente ponen a caminar toda una nación desagregada territorialmente en regiones, provincias, municipios y secciones. También la nación es la agrupación funcional de cuerpos intermedios, sociedades de empresarios, profesionales, trabajadores, religiosos, artistas, vecinos, ISFL, etc ; o en lo que se llama sociedad civil.
Una auténtica concepción socialcristiana conlleva que los dirigentes y representantes de cada instancia, sean escogidos por la membresía que la compone con la obligación de ser portavoces de posiciones adoptadas luego de escuchar el parecer de sus componentes. No que el Estado o empresas designen sus representantes.
Característica del pluralismo es el respeto a la naturaleza y ámbito de acción de cada instancia, especialmente en la expresión político partidista a través de los partidos donde deben respetarse los fueros particulares.
No es compatible con la doctrina socialcristiana que los gobiernos ni los partidos pretendan “controlen” gremios ni organizaciones, juntas de vecinos, ni infiltrarse en las instituciones castrenses; lo cual no significa que personas que profesen ese credo deban abstenerse de procurar liderar estas instancias. Tampoco es compatible que ONG actúen como representantes de partidos políticos o de empresarios particulares o de la sociedad; o que sus ejecutivos se prevalezcan de su condición de titulares para obtener privilegios o intimidar al gobierno cuando no obtemperaban a su requerimiento.
Este pluralismo social deriva en una solidaria en la que cada entidad, persona u organización, es corresponsable de la suerte de sus pares hasta el punto de llevarlas a asistirse mutuamente en la satisfacción de sus necesidades y para su superación social y personal hasta alcanzar la más plena realización posible.
3. ECONOMÍA DE SATISFACCIÓN DE NECESIDADES Y GENERACIÓN DE FIENTES DE TRABAJO
De la dignidad humana emanan los derechos: a la vida, a la libertad. A la alimentación, protección de la intemperie mediante el vestido y la vivienda, a la salud y a la educación; y todos los demás, incluyendo a la recreación, esparcimiento y de finalidad.
Los derechos dan origen a las necesidades cuya satisfacción, en conjunto, mide el nivel de vida de las personas, de pueblos y naciones. El mejoramiento progresivo de los niveles de vida, la satisfacción más plena de las necesidades, es lo que constituye el desarrollo.
La economía debe procurar la más plena y progresiva satisfacción de las necesidades de la persona: de toda la persona – desde sus expresiones materiales hasta las espirituales – y de todas las personas, no de unas exclusivamente mientras otras no.
Ello determina una economía productora de bienes y servicios para satisfacer necesidades de alimentación, vestido, vivienda, servicios médicos y educativos, etc; y generadora de fuentes de trabajo para que todas las personas puedan ganarse el sustento de sí y sus familiares.
No una economía orientada hacia el enriquecimiento de particulares, incluyendo especialmente las que ocupan posiciones públicas en beneficio de si mismo o de otros. Como tampoco en beneficio del Estado o de los partidos que ostentan el poder ni de los ejecutivos.
La economía de satisfacción de necesidades tiene como contraparte la generación de fuentes de trabajo para que cada persona con su desempeño pueda ganar el sustento que necesita para sí y sus familiares. Así, una economía será mas adecuada mientras mas fuentes de trabajo genere, competiendo a los poderes públicos el fomentar las políticas necesarias para que las actividades económicas, no el Estado, generen los mayores puestos de trabajo posibles.
En la medida de lo posible, frente a actividades económicas alternativas, los poderes públicos deben fomentar aquellas actividades que produciendo lo mismo y costando igual, generen mas puestos de trabajo. Ejemplo de ello es la actividad de la construcción que emplea mucha mano de obra cuando no es prefabricada o basada en uso intensivo de maquinarias.
La economía de satisfacción de necesidades conlleva requerimientos para la administración de recursos. Veamos dos casos relevantes: tierra e impuestos pagados por los contribuyentes.
La tierra debe ser utilizada para producir alimentos y otros renglones satisfactores de necesidades y no, p.e., drogas u otros productos para saciar vicios. Debe generar empleos. No debe ser sometida a explotación irracional como suele acontecer ante la depredación forestal por la necesidad de preservar el ambiente para beneficio de futuras generaciones. La tierra no puede estar ociosa sino en producción. Si es propiedad pública no puede ser entregada a particulares, aún sean funcionarios del Estado o miembros del partido que ostenta el gobierno.
La economía de satisfacción de necesidades manda que el dinero de los contribuyentes no sea para beneficio de los detentadores de turno del poder, ni para gastarlos alegre y complacientemente: incrementando la burocracia en favor de miembros del partido de gobierno, gastarlo en obras innecesarias o sobrecosteadas, ni para financiar gastos dispendiosos de funcionarios que terminan siendo pagados por la ciudadanía con inflación y/o nuevos impuestos. Ni para pagar nominillas ni el festival de subsidios improductivos o creadores de una peligrosa sociedad de ocio y dependencia estatal inhibidora de la capacidad de emprendimiento.
La economía de satisfacción de necesidades manda gastar lo estrictamente necesario: a emplear solo las personas que cumplan una función, a subsidiar a los que efectivamente lo necesiten al tiempo de ayudarlos a superarse,a construir obras para dar servicio a la producción: carreteras, caminos, presas y canales. A satisfacer necesidades sociales: edificaciones de salud, escuelas, acueductos, viviendas; A proveer empleos a personas y proveedores de servicios que quieran trabajar, sin exigir identificación partidaria. Ni de raza ni de nacionalidades ante la universalidad de la solidaridad humana.
4. ROL SUPLETORIO DEL ESTADO
Pero las necesidades son muchas y los recursos son pocos . Los recursos en general, especialmente los naturales y financieros. A fin de lograr que esos recursos sean maximizados, que se les saque el mejor y mayor beneficio posible, el Estado debe adoptar un rol supletorio: intervenir para suplir la iniciativa particular cuando esta no sea suficiente para producir los bienes y servicios que se necesitan para satisfacer adecuadamente las necesidades sociales; previa estimulación de dicha iniciativa.
Obsérvese que nos referimos a la iniciativa particular y no al concepto “sector privado” mas propio del liberalismo, habida cuenta que esto último tiene una connotación referida a la empresa privada asociada al poderío y dominio económico y a la exclusión de personas y grupos no empresariales al proceso productivo.
Nos diferenciamos en ello del liberalismo que proclama que todo debe dejarse a la iniciativa particular, y del marxismo que proclama que toda la economía y los medios de producción deben estar en manos o planificados rigurosamente por el Estado.
El rol supletorio se desglosa en los siguientes tipos de funciones estatales:
De orientación que implica indicar aquellos cursos de acción que deben seguirse, precisando que se espera de la iniciativa privada: del empresariado, profesionales y trabajadores, las academias, etc; de los grupos territoriales, comunales o sociales,
De implementación de lo orientado mediante incentivos incrementadores de producción de bienes y servicios y generar puestos de trabajo; mediante leyes, terrenos para programas de producción agropecuarios, asistencia técnica u financiera, estímulos tributarios, zonas industriales y zonas francas, infraestructura física y social, etc
De Ejecutar aquello orientado que la iniciativa privada no responda, asumiendom directamente la administración de lo indicado sin que ello refuerce vocación permanentemente administradora del Estado,
prohibir lo que no debe hacer la actividad privada
IV. VIGENCIA, VIABILIDAD Y NECESIDAD DE LA DOCTRINA SOCIAL CRISTIANA
La doctrina social cristiana tiene vigencia, es viable y ma necesaria que nunca, justificándose en la necesidad de buscar soluciones a situaciones imprevistas y de disponer de valores éticos que frenen desbocamientos en el manejo recursos públicos, fuentes de riqueza y poder, tentadores del afán de lucro y opulencia via la corrupción; mantiene vigencia a lo ideológico.
La corrupción imperante es una consecuencia del abandono de las ideologías
Las ideologías siguen inspirando valores éticos y morales que estimulan encarar y solucionar situaciones imprevistas que la tecnología y la burocracia no están en capacidad de resolver, sobre todo aquellas originadas en la degradación moral y desvalorización que enfrentan las sociedades contemporáneas.
Las ideologías siguen siendo un factor de iluminación cuando se agotan las respuestas tradicionales aportadas por tecnócratas.
O para entender y comprender el accionar de los gobiernos. Y evaluar su coherencia
O cuando la carencia de valores y vocación de servicio de los poderes produzcan turbulencias como las que estamos viviendo hoy con las políticas socio-populistas que desbocan el gasto para financiarlos con endeudamiento auspiciado por gobiernos irresponsables.
O cuando fomentan burbujas económicas que hacen vivir a los pueblos por encima de sus posibilidades
O cuando fomentan economía rentista en la que predomin la rentabilidad del dinero en contraposición a una economía real en que lo importante es producir bienes para satisfacer necesidades y generar empleos.
Muchos suelen ubicar al social cristianismo dentro del conservadurismo político. Algunos reformistas del pAtio así lo hacen. Pero de la misma forma que la auto ubicación de izquierda y derecha es relativa, la historia ha demostrado que los procesos graduales de cambio han sido mas eficaces que los procesos revolucionarios.
. ¿Acaso no ha habido gobiernos latinoamericanos denominados revolucionarios que han alcanzado el poder por la vía democrática después de haber pasado décadas, por no decir siglos, tratando de imponerlo por vías violentas? ¿De que valieron la revolución mexicana o boliviana de Paz Estensoro de la primera parte del siglo pasado? ¿Qué tan efectiva fueron los esfuerzos por exportar el método guerrillero de la revolución cubana en otros países incluyendo el intento de una revolución boliviana que ahora por via democrática llega a su “tercera revolución”. Y saliendo del continente, ¿De que valió la revolución partisana de Tito en la Yugoslavia hoy desmembrada o en la propia Unión Soviética hoy, en democracia, mas resistente de la crisis económica que otras naciones y revestido de un liderazgo mas imponente como el de Vladimir Putin que llega a desafiar conjuntamente a los EEUU y a la Unión Europea?
La ideología que más sosteniblemente ha revolucionado social y económicamente la sociedad ha sido la social cristiana. Desde la eliminación de la esclavitud durante el período del imperio romano hasta el presente.
Y en el país si por realizaciones fuera, ningún gobierno ha transformado tanto al país y con tantos resultados, como aquellos en que ha habido una alta dosis socialcristiana, incluyendo el reformismo original perfilado por Balaguer desde sus discursos post-trujillistas, partiendo del pronunciado en la Asamblea de las Naciones Unidas en 1961 donde se inscribió en el predicamento de la dignidad humana.
El reformismo socialcristiano es el que ha propiciado las grandes reformas dominicanos contemporáneos. Mas que los gobiernos revolucionarios y liberacionistas que nos sucedieron. Y en todos los órdenes: económicas, sociales, urbanísticas, etc. Transformó la economía desde aquella economía de postre – cacao, café, alcohol y azúcar – hasta la diversificada economía de hoy. Imprimimos una velocidad en el nivel del desarrollo humano dominicano, según los IDH del PNUD, que no ha podido ser superados. Incluso hemos sido los únicos capaces de reformarse a sí mismos, al reformar los sistemas tributarios, comerciales y económicos introducidos durante la vigencia de los regímenes de sustitución de importaciones característico de los 60s para luego abrir las puertas de la globalización en los 90s, lamentablemente desbordada por administraciones sucesivas.
Todo ello en función de las circunstancias de cada momento que permitía rectificar o corregir las propias acciones sin avergonzarse, sino simplemente por atenerse a las circunstancias; o, como diría Mahatma Gandhi: “En la búsqueda permanente de la Verdad, he descartado muchas ideas que había sostenido antes para imponer otras nuevas”.
Las propias ideologías son perfectibles. El socialcristianismo político hoy es más independiente con relación a la Iglesia que antes. Después del Concilio Vaticano II, de Medellín y Puebla, la Iglesia ha dejado el proselitismo partidario en manos laicas.
Hoy el socialcristianismo no es lo teocrático que era, mientras el fundamentalismo musulmán sigue siéndolo reforzando aquella admonición del historiador británico Arnold Toynbee del pasado siglo cuando advertía que la verdadera confrontación mundial no sería entre comunismo y capitalismo, sino terminaría siendo entre el occidente cristiano y el oriente musulmán.
Ni siquiera la propia Iglesia parece querer identificarse tanto con una corriente política particular para así poder colaborar con la fuerza política predominante en las incidencias terrenales de su misión trascendental. Esto ciertamente le ha traído al socialcristianismo la pérdida en su matriz alimentadora que lo obliga a renovarse
Los mismos conceptos doctrinarios se hacen perfectibles. La dignidad de la persona humana que inspiró al padre Montesinos (1480 – 1540) al combatir el abuso al que sometían los colonizadores a los indígenas no es la que hoy se entiende. Luego de provocar la conversión posterior del Padre las Casas en la defensa de los indígenas y de su famoso Sermón de Adviento contra la esclavitud de los nativos, gestionó acciones para defenderlos que hoy puede considerarse que contravienen la universal aceptación de la dignidad humana: Se importaron africanos esclavizados para eliminar la esclavitud de los indígenas. Es como considerar que los indígenas tenían dignidad pero los africanos no. Pensar dentro de estos esquemas ya resulta imposible principalmente ante esa especie subrepticia de resurgir el problema racial que se nos quiere endilgar en nuestras relaciones con Haití.
Pero ese cambio de rol de la Iglesia no significa despreocupación por lo temporal para inscribirse en lo divino. Al contrario, el papa Francisco en su EXHORTACION APOSTOLICA sobre el EVANGELIO EN EL MUNDO ACTUAL critica el becerro de oro en que se ha convertido la economía de especulación financiera de hoy (*55 y 56), advierte que “hasta que no se revierta la exclusión y la inequidad…será imposible erradicar la violencia” (*59) que tanto preocupa objetivamente y amenaza las sociedades de hoy y advierte que los excluidos se vuelven irritantes cuando “ven crecer el cáncer social que es la corrupción” (*60) que constituye la lacra generadora de otras lacras en nuestros pueblos por concitar
Pero además advierte, en reiteración de los fundamentos de nuestra doctrina, que “La dignidad de la persona humana y el bien común son cuestiones que debería estructurar toda política económica” (*203) y que “los planes asistenciales…solo deberían pensarse como respuestas pasajeras (*202) e insiste en “la creación de fuentes de trabajo…y la promoción integral de los pobres en lugar del mero asistencialismo” (*204) como exigencia de la economía.
Termina rogándole a Dios “que crezca el número de políticos “capaces de ….sanar las raíces profundas y no las apariencias de los males de nuestro mundo”(*205)
Muchas Gracias
BIBLIOGRAFÍA:
1. Las encíclicas citadas en el temario
2. PARA UNA ARQUITECTURA CRISTIANA DEL ESTADO. Giorgio La Pira, disponible en la biblioteca de la UCSD
3. DICCIONARIO POLITICO de Eduardo Haro Tecglen. Circulo de Lectores S.A. Valencia
4. ANTOLOGIA DEL PENSAMIENTO POLITICO, Alfonso Francisco Ramirez, Editorial F Trillas, S,A, Mexico, 1962 ( Dos Tomos)
5. LOS DERECHOS DEL HOMBRE. Documento a pensadores requeridos por la ONU para la elaboración de la Carta Universal de los Derechos Humanos en 1948. Ed.LAIA Barcelona. 1973
6. MI DIOS. Mahatma Gandhi. Ed. Sal Terrae, Santander 2001
7. EVANGELII GAUDIUM. EXHORTACION APOSTOLICA SOBRE EL EVANGELIO EN EL MUNDO ACTUAL del papa FRANCISCO 2013
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