TRES LECCIONES DE LA DEMOCRACIA ESTRUCTURADA POR BALAGUER A PARTIR DEL 1 DE JUNIO DE 1966
Un día como hoy del año 1966 se celebraron elecciones generales en el país en las cuales resultó electo por primera vez por vía democrática el Presidente por antonomasia del mas de medio siglo de democracia dominicana, que abrió la etapa mas prolongada de ejercicio democrático consecutivo que hemos tenido los dominicanos.
Joaquín Balaguer, postulado por el Partido Reformista, obtuvo el 58% de los votos emitidos en unas elecciones en la que la abstención electoral no alcanzó el 25%; resultando perdedor en dichas elecciones Juan Bosch postulado por el PRD.
Balaguer asumió el poder en medio de dificultades propias de los conflictos bélicos de 1965. La familia dominicana y las fuerzas armadas estaban divididas, una segunda ocupación militar norteamericana del pasado siglo pisoteaba nuestra soberanía, la economía y finanzas públicas estaba desechas: Los sueldos de los empleados públicos eran pagados por la OEA.
En muy poco tiempo todo fue superado debido a que una especie de Gobierno de Unidad Nacional dentro de la concepción propia de la época fue estructurado: Dos de los ministerios mas importantes, Industria y Comercios Y Hacienda, fueron puestos en manos de colaboradores del candidato que resultó perdedor en aquella contienda: Brea Peña y Martínez Francisco. Esta participación opositora fue ampliándose e institucionalizándose a través de los 22 años que Balaguer gobernó.
Esta experiencia de las repercusiones de un Gobierno de Unidad Nacional constituye la primera lección que debemos aprender hoy, ante una nación golpeada por la pandemia que nos afecta.
Las tropas extranjeras fueron evacuadas en meses, las finanzas públicas fueron saneadas, comenzó a generarse ahorro interno que permitió la ejecución de importantes infraestructuras de producción y de interés social generando puestos de trabajo y satisfaciendo necesidades de las clases sociales menos favorecidas. Se reunificaron las FFAA y comenzó un proceso unificación de la familia dominicana, incluyendo la clase política que comenzó a convivir y dialogar superando los resentimientos generados por las acontecimientos bélicos de 1965.
Se estimularon sectores productivos mediante leyes de incentivos para todos los sectores económicas.
Pero el primer estímulo a la economía nacional lo constituyó la convocatoria de un ENCUENTRO NACIONAL POR EL DESARROLLO que se celebró en el Palacio de Bellas Artes al cual asistieron los principales actores de nuestras fuerzas activas y agentes productivas de la nación y la consecuente constitución de una
COMISIÓN NACIONAL DE DESARROLLO que semanalmente se reunió en el Palacio Nacional, durante 12 años, para escuchar las dificultades y obstáculos encontrados para el crecimiento de nuestra economía, tomándose las decisiones correspondientes y supervisándose su cumplimiento por parte del funcionariado gubernamental.
Una experiencia similar, convocando un ENCUENTRO NACIONAL DE DESARROLLO e instituyen una COMISION DE SEGUIMIENTO constituye la segunda lección para rescatar la economía de los daños de la pandemia.
Amplias reformas sociales fueron iniciadas para superar las condiciones de nuestra población “vestida de harapos y con el vientre repleto de parásitos”; la mas trascendentes de ellas fue en el sector agrario mediante leyes.
La derrota electoral del Partido Reformista en 1978 sirvió para testimoniar la vocación democrática de Balaguer: frenando las intentonas de irrupción militar contra el gobierno emanado de las urnas.
A pesar de la derrota, volvió a competir en el certamen electoral de 1982, resultando nuevamente perdedor sin que amilanara su persistente vocación competitivamente democrática que lo llevó a competir en 1986 hasta resultar ganador.
Asumió el poder con una economía estancada, inflación tan desbordada que originó pobladas sociales en 1984 y supeditada a la injerencia del FMI de entonces.
Nuevamente restauró la disciplina fiscal y reanimó el dinamismo económico sin la tutela del FMI de entonces.
Pero lo mas importante de ésa etapa fue la instauración del Diálogo como mecanismo de consulta y consenso en las decisiones políticas. Un acuerdo Tripartito auspiciado por la Iglesia y el gobierno fue suscrito por representantes de empresarios y trabajadores. Partiendo de éste acuerdo tripartito, se emprendieron las principales reformas fiscales emprendidas durante los 90s mediante una serie de leyes y códigos tributarios cuyos resultados han sido ampliamente reconocidos por las comunidades económicas nacionales e internacionales.
Este acuerdo fue firmado antes de existir la concertación social instituida en la Constitución del 2010 y el Consejo Económico y Social como organismo de Estado.
Ahora que tenemos esas disposiciones y mecanismos, pudiéramos aprender esta tercera lección de la democracia estructurada por Balaguer hace 54 años: Recurrir a ellos para discutir las reformas esenciales que requiere nuestra economía, sociedad y democracia, golpeada por una pandemia mal administrada.