Balaguer y el PRSC:un antes y un ahora
Me propongo en esta conferencia destacar las aportaciones de Balaguer y el PRSC enriquecido con la ideología socialcristiana a una democracia dominicana perfectible, eficaz y eficiente social y económicamente.
Y demostrar que ahora constituye un imperativo retomar la teoría y praxis, políticas y programas, gubernamentales del reformismo para sacar a la nación del marasmo en que se encuentra.
Lo hacemos destacando lo ideológico por considerar que la podredumbre ética y moral que se ha apoderado de los gobernantes dominicanos con posterioridad a Balaguer, manifestada por una exhorbitante y descarada corrupción e impunidad que está consumiendo recursos dedicables al mejoramiento de las condiciones de vida de nuestro pueblo, se debe en gran medida al abandono de las ideologías que proporcionan valores éticos y morales.
De paso demostramos que la adopción socialcristiana de Balaguer no fue, como mucho han querido hacer creer, un paso coyuntural de nuestro líder para ganar respaldo internacional ante el apoyo de la Internacional Socialista a la socialdemocracia; sino una decisión basada en su auténtica convicción de las bondades y pertinencias del socialcristianismo.
Y demostraremos que estas preocupaciones son más válidas ahora que se ha evidenciado que ese lodo de la corrupción e impunidad nos ha llevado a déficits y endeudamientos, predominio de especulación financiera, precariedad de servicios sociales de educación, salud, energía y transporte, magros resultados sociales y económicos, caos y desorden institucional demoterritorial y ambiental. Y al sacrificio de la identidad nacional.
Balaguer y el PRSC hemos sido labradores de la democracia dominicana y hemos sido los de mayor contribución a superar las grandes crisis presentada del post-trujillismo
Fuimos arquitectos del tránsito de la dictadura a la democracia.
Cuando en 1961 le llegó el momento a Balaguer de asumir de hecho la simulada presidencia que le había conferido Trujillo, abrió las puertas a los partidos opositores y cerró las del partido oficial.
Una comisión del PRD se aprestó a visitarnos y a organizar el partido que posteriormente ganaría las elecciones en 1962.
En su discurso en las Naciones Unidas Balaguer, al pregonar la apertura democrática de la nación, enarboló el concepto de la dignidad humana, piedra angular del socialcristianismo.
Balaguer había invitado a la oposición de entonces a someterse a las prescripciones constitucionales y organizar elecciones en mayo/62 para que el triunfador asumiera en agosto del mismo año; lo cual fue rechazado por la oposición de entonces.
Naturalmente, él tenía en mente ser candidato en los comicios que proponía. A eso le temía la oposición, principalmente la UCN.
Por no aceptar esta propuesta, sufrimos, entre 1962-1966: golpe de estado, insurrección militar, guerra fratricida y ocupación militar extranjera que dividió la familia dominicana y nuestras FFAA. Las finanzas públicas y nuestra economía quedaron desechas.
Tuvo que venir Balaguer y el PRSC en 1966 para que la paz retornara a nuestros hogares, se reunificara la familia dominicana y las FFAA y evacuaran las tropas extranjeras.
Una reunificación que supera la observada en países más avanzados que el nuestro, como Chile y España, donde todavía no han cicatrizado heridas de la dictadura y la guerra civil que estas naciones sufrieron.
En aquellos momentos el socialcristianismo no formaba parte del reformismo. Éramos opositores. Pero una oposición sería, responsable y constructiva.
Los socialcristianos emplazamos al gobierno a modificar sus políticas. La respuesta Balaguer la reservó para su primer discurso de rendición de cuentas el 27 de febrero de 1967 cuando rebatió punto por punto nuestras críticas, dedicándole las dos terceras partes del mismo para ponderarlo y rebatirlo concluyendo con esta expresión que citamos: “Nada me seria mas grato que la colaboración sincera y honesta de la juventud que milita bajo la bandera del socialcristianismo”.
Una clara invitación a forma parte del gobierno que demostró la inclinación socialcristiana de Balaguer.
Con esta actitud, Balaguer hizo honor a aquella expresión del republico español Manuel araña: “para qué haya un buen gobierno ha de haber una buena oposición”, con capacidad de reemplazarlo, agregaría.
(Meses más tarde el entonces Secretario Técnico de la Presidencia, Eudoro Sánchez y Sánchez, me propondría ante Balaguer como subdirector de ONAPLAN. Como no me conocía, pregunto quién era yo. Mi proponente se limitó a decirle: “es un joven dirigente socialcristiano”, a lo que Balaguer respondió, “ah bueno…si es socialcristiano está bien”.)
No sólo me nombró en el cargo estando el socialcristianismo en oposición sino que me permitió ejercer ese cargo con completa libertad y hasta atrevimiento.
Publicamos la Estrategia d Desarrollo hasta 1985 que se había elaborado con la colaboración de CEPAL, elaboramos el Programa de Inversiones Públicas 1968-1970 y el Primer Plan de Desarrollo 1970-1974 adoptado mediante decreto 338 de 1970.
Mis superiores inmediatos, ante tanta permisividad, llegaron a afirmar que se debía a una concesión de Balaguer a los socialcristianos.
Ningún presidente, contrario a lo que se ha hecho hacer creer, ha adoptado disposiciones similares en materia de planificación.
Para esa época había ascendido al poder en Chile el demócrata cristiano Eduardo Frei padre. El desarrollo comunitario y la organización promoción popular formaban parte importante de su programa de gobierno. Habíamos contado durante la revolución del 65 visitas de exploración de asesores chilenos en este sentido. Balaguer nombró una Comisión para preparar una ley sobre organización y promoción popular que integramos socialcristianos y reformistas.
De ella emanaron las Juntas de Vecinos. Preveía la creación de una Secretaria de Promoción Popular que fue ofertada a los socialcristianos en 1970 que, lamentablemente, no aceptamos.
Para las elecciones de ese año, y formando parte de la oposición que amenazaba retirarse de las elecciones, Balaguer nos increpó en privado nuestra torpeza. Recuerdo sus expresiones: “Ustedes son tontos al retirarse de las elecciones. Concurran, que quedarían en segundo lugar y me sucederían cuando yo termine”.
En las elecciones municipales celebradas en 1968 en la que el PRD, liderado por Bosch, se abstuvo de participar por comenzar a abrazar la dictadura con apoyo popular, arengó, en un discurso en la víspera de las elecciones, a votar “por la oposición si querían” que la representábamos los socialcristianos
En 1968 ganó la presidencia venezolana el Dr. Rafael Caldera quien designó como canciller al Dr. Aristides Calvani, director del IFEDEC en el que se formaron muchos socialcristianos dominicanos.
Invitamos al Dr. Calvani visitar el país y en un desayuno que le ofrecimos en el Hotel Embajador con la presencia del Presidente Balaguer, este hizo uso de la palabra para señalar que “celebraba el ascenso al poder de la democracia cristiana en América latina”
Una estrecha amistad se labró entre Balaguer, Caldera y Calvani, estando el socialcristianismo en oposición.
Balaguer nombró embajador en Venezuela a Yuyo D’Alessandro principal artífice de las invitaciones anteriores. Una comisión mixta dominó-venezolana fue integrada para fortalecer relaciones en la que socialcristianos quedamos incluidos.
En 1972 fuimos defensores de las leyes agrarias. En los archivos del Congreso constan nuestras intervenciones.
En 1974 socialcristianos nos incorporamos al gobierno. Alfonso Moreno como embajador en la ONU, Guido D’Alessandro Secretario de Industria y Comercio, Abigail cruz Infante administrador de la San Rafael y quien les habla como asesor presidencial.
Al incorporarnos al gobierno reforzamos la institucionalidad debilitada por el retiro del acuerdo de Santiago en 1974.
Estos precedentes demuestran que la inclinación socialcristiana de Balaguer culminada con la fusión en 1983, no fue una decisión improvisaba ni coyuntural ni por conveniencia; sino el fruto de 17 años de cultivo.
Balaguer no sólo fue artífice de la democracia dominicana desde el gobierno, sino también desde la oposición. Cuando en 1978 perdimos las elecciones frenó movimientos tendientes a desconocer la voluntad popular y evitó la materialización de golpes de estado que cundían para la época.
Y llevo al Partido Reformista a ejercer una oposición constructiva, al igual que en 1982.
Hasta que volvimos a liberar la democracia dominicana con nuestro triunfo en 1986 por las presiones del endeudamiento por las políticas económicas llevadas a cabo entre 1978 y 1982.
En este período se había interrumpido el ritmo de crecimiento económico y progreso social que habíamos impreso desde 1966 que junto a los déficit y el excesivo endeudamiento incurrido en ese periodo genero la sumisión a los ajustes del FMI, detonando una poblada en 1984 preludiando la ocurrida posteriormente en la Venezuela prechavista.
Asi como los ajustes en Venezuela hicieron estallar su población y crear un malestar que sirvió de caldo de cultivo al chavismo, pudimos sufrir algo similar.
Por haber ganado Balaguer y el PRSC, pudo sostenerse la democracia dominicana y retomar los caminos de disciplina y equilibrio fiscal, crecimiento económico y progreso social hasta alcanzar niveles satisfactorios en los índices de Desarrollo Humano que elabora el PNUD.
Hoy al igual que ayer, tenemos una enorme responsabilidad con la nación, con su población, con la democracia. Y con un compromiso adicional: honrar la memoria de Balaguer y retomar su legado que está siendo destruido.
Hoy comparativamente con el ayer tenemos un retroceso desolador desde que dejamos el gobierno en 1996 hasta ahora
En 1996 las recaudaciones fueron RD$ 26,488 millones equivalentes apenas al 11.2% del PBI.
Con esas recaudaciones separamos el 56% para cubrir las cargas fijas – burocracia y gastos de funcionamiento, intereses de una deuda entonces baja – y destinábamos el 44% para inversiones y demás gastos de capital.
Hoy, en 2017, el gobierno recauda 14% del PBI y vive con una angurria fiscal porque no le alcanzan los RD$ 487 mil millones que recauda debido a que los gastos en cargas fijas y de funcionamiento, incluyendo intereses por una elevada deuda, por RD$ 476 mil millones consumen el 98% de las recaudaciones.
Si a eso le sumamos la amortización de la deuda que fue de RD$ 42 mil millones, al gobierno le faltaron en 2016 RD$ 38 mil millones para cubrir las cargas fijas y honrar el pago de la deuda.
Es decir, que tuvo que acudir a deudas nuevas para pagar deuda vieja.
No en vano, la deuda pública, terminará el año 2017 10 veces mas elevada que como los reformistas la dejamos en 1996. Mientras en ese año era de unos US$4,000 millones; terminaremos este año debiendo US$ 40,000.
Transcurridos 20 años que dejamos el gobierno, las administraciones sucesivas nos han endeudado 10 veces mas; en circunstancias que el PBI es apenas 4 veces mayor en 2016 (US$71654 millones) que los US$ 17517 millones de 1996.
En otras palabras, nos endeudamos dos veces y media (10/4) mas rápido que como ha crecido nuestra economía
Esa fiscalidad deficitaria financiada con endeudamiento ha hecho que el gobierno determine una economía especulativa.
Para financiar los déficits gubernamentales, el gobierno atrae financiamientos pagando altas tasas de interés, promediando 11% para bonos internos.
Esta alta tasa de interés pagada por el gobierno lleva a los inversionistas, incluyendo bancos y fondos de pensiones, a invertir en el gobierno para financiarle sus déficits en lugar de invertir en la economía productora de bienes para satisfacer necesidades de los dominicanos provenientes de la agricultura y la industria.
Y por eso la balanza comercial es hoy deficitaria cuando los reformistas la dejamos superavitaria.
En 1996 la nación exportó US$ 4053 millones e importó US$ 3581, arrojando un superávit en la balanza comercial de US$ 472 millones.
Ahora en 2016, mientras exportamos US$9,860 millones tuvimos que importar US$13,953; es decir un déficit de US$ 4093 millones que tuvimos que financiar con saldos favorables en turismo y remesas. Y también con endeudamiento en dólares.
Como no se invierte en agricultura ni industria que constituyen fuentes principales creadoras de puestos de trabajo dignos y estables, las condiciones de empleo y desempleo no han mejorado desde que los reformistas dejamos el poder en 1996, razón por la cual el crecimiento económico no se distribuye adecuadamente en la población.
La tasa de desocupación que muestra el Banco Central para 2016 alcanzaba 13.3%. Para 1996 los reformistas lo dejamos en 13.9%. Es decir que en 20 años el desempleo solo mejoró 0.6%, comportamiento ridículo ante una economía que es hoy 4 veces, 400%, mas grande que en 1996.
En otras palabras, el empleo crece 666% mas lento que el crecimiento económico.
Con el agravante que gran parte de los que trabajan lo hacen informalmente. De 4.6 millones de dominicanos que constituyen la fuerza de trabajo, el 54%, 2.5 millones, lo hacen informalmente; encontrándose impedidos de ingresar a los beneficios de una seguridad social justamente administrada.
Esto por supuesto, aumenta las presiones sobre el Estado, en circunstancia que éste ha mostrado ineficacia e ineficiencia en la prestación de los servicios básicos de educación, salud, transporte, energía, etc
Y que decir del descontrol y caos en los ordenamientos urbanos, en barrios y campos.
Y en la degradación ambiental, desde la recolección y disposición de la basura; hasta la deforestación y otros tipos de contaminación que los reformistas controlamos desde el cierre de los aserraderos hasta legar una satisfactoria ley ambiental.
Y el descontrol de nuestras fronteras con inadecuados procedimientos de regularización asociados a la nacionalización que nos exponen a perder nuestra identidad.
Y sobre todo a la inseguridad ciudadana, evidenciada por una tasa de homicidio un 25% por encima del subcontinente suramericano, según la Oficina de Naciones Unidas contra la Droga y el Delito.
Para superar esta situación, el sistema político dominicano tiene que retomar las ideologías abandonadas, inmaduramente, tras caer la cortina de hierro en los 90s.
Según el “Diccionario Político” de Harold Tacglen, las ideologías se definen como “Conjunto de ideas (conocimientos, representaciones, supuestos, intenciones, juicios y opiniones) que forman un proyecto de gobernación”.
Si no hay ideologías se gobierna sin propósitos ni proyecto, sin objetivos ni metas, para conducir adecuadamente la sociedad. Se improvisa.
Si no hay conocimientos de que debe hacerse, las decisiones tomadas y las acciones a emprender suelen carecer de sentido o estar desconectadas con la realidad, incorrectas.
Los supuestos o hipótesis que proporcionan las ideologías son necesarios para el bien conocer las realidades e inspirar buenas soluciones
Las intenciones regulan la ética, la parte de la filosofía que trata de la moral y las obligaciones. Si hay buenas intenciones se gobierna para servir; si no, para servirse.
La carencia de ética deviene en inmoralidad y/o amoralidad conducente a la corrupción
Si no se cumplen estos requisitos, se gobierna sin ideas. Después de ganar unas elecciones no se sabe que se va a hacer. Se incurre en yerros de conducción. Se olvida que se gobierna para servir a la sociedad y no para procurar provecho personal de gobernantes y allegados.
Jacques Maritain, uno de los mas preclaros pensadores del socialcristianismo, al escribir el prólogo del libro que la UNESCO encomendó como consulta filosófica para la redacción de la CARTA UNIVERSAL DE LAS UNIDAS después de la segunda guerra mundial, advertía que hay que tomar lo bueno de cada ideología y que en el terreno de lo práctico hay una tendencia a la confluencia.
Las experiencias así lo confirman.
Las ideologías necesitan ser retomadas y rescatadas para alcanzar una democracia cada vez más eficaz y eficiente, social y económicamente, según las preferencias de cada quien.
De nuestra parte sostenemos que la socialcristiana constituye la mejor y mas efectiva respuesta para la transformación política que necesita la nación. Mas enriqueciendo la praxis reformista.
Claro que necesita ser permanentemente actualizada en función de las experiencias y los avances científicos y tecnológicos.
Por eso consideramos conveniente resumir los puntos esenciales del socialcristianismo:
1. Dignidad de la Persona Humana. La dignidad constituye un atributo inmanente y consustancial de la persona; independientemente de condiciones raciales, partidistas, etc. La persona nace con ella debajo del brazo y no se la concede el Estado, la constitución y las leyes. Estas deben reconocerla pero no significa que la otorgan. Esto se traduce p.e en que los recursos públicos no pueden ser utilizados privilegiadamente en provecho de compañeros del partido de gobierno, sino en forma tal que beneficien a todos por igual sin distinción de banderías partidarias. Ej: Cuando Balaguer los programas sociales no discriminaban con trarjetas. Era para todos los ciudadanos. Ahora las tarjetas y bonos discriminan a favor de un PLDismo que lo cruza con el registro electoral para cimentar el clientelismo que los mantiene en el poder.
2. Esa dignidad genera derechos, como la libertad de asociación, incluyendo su expresión en la libertad de asociación desde la familia, organizaciones sociales y territoriales, partidos políticos y el Estado incluidos; conformando un pluralismo social que debe ser respetado. Concebimos una organización pluralista de la sociedad espontáneamente constituida por personas libres y no una organización controlada por el Estado o la falta de organización auspiciada por el liberalismo. Son las personas las que deben organizarse y designar quienes debe representarlas, no el Estado que la debe organizar y designar quienes la representan para controlarla como frecuentemente observamos en decretos que designan personas en representación de organizaciones cuando debieran ser estas quienes escojan sus representantes. Ej: el caso reciente de miembros del Consejo de Directores del CEA, en representación de la Industria Azucarera
3. La dignidad genera derechos y estos a su vez necesidades- alimentación, protección de la intemperie, salud, etc..-, que deben ser satisfechas por la economía. Una economía de satisfacción de necesidades produciendo bienes y servicios para satisfacerlas en base a los recursos disponibles y generando puestos de trabajo que permitan disponer de ingresos suficientes para adquirir dichos bienes y servicios. A este propósito debe quedar supeditada la utilización de recursos y no para consolidarse en el poder mediante el clientelismo materializado por burocracia hipertrofiada y subsidios improductivos
4. El propósito general del Estado debe ser la consecución del Bien Común. Este se define como la consecución del bienestar personal y de grupos debe activar al bienestar general. Descarta favorecer personas o grupos que perjudique la sociedad, contraviene el Bien Común. Contraviene al Bien Común el bienestar de la clase gobernante en perjuicio de la sociedad en general mediante el exceso de burócratas con altos salarios; y el gasto en subsidios improductivos para mantenerse en el poder generando déficits fiscales que incrementan déficits y deuda que perjudica el Bien Común. Es el caso de los créditos a intereses por debajo de la tasa predominante en el mercado e las Visitas Sorpresas que genera un déficit que perjudica al Bien Común.
5. Rol del Estado: Concebimos un Estado Supletorio, que refuerce la iniciativa particular en lugar de desplazarla, subrogarla, aplastarla o sustituirla como propician las estatizaciones como se está haciendo en Punta Catalina. Un Estado que oriente y apoye la iniciativa particular indicándole lo que debe hacer y facilitándole su accionar. Un Estado que después de indicarle a la iniciativa particular lo que debe hacer y si ésta no responde, asuma la ejecución de programas o proyectos claves. Pero también un Estado que prohíba lo que perjudique al Bien Común como es el caso de los daños ambientales que provocan determinados proyectos mineros, energéticos, turísticos, etc.
Concluimos citando la EXHORTACION APOSTOLICA sobre el EVANGELIO EN EL MUNDO ACTUAL del Papa Francisco. Critica el becerro de oro en que se ha convertido la economía de especulación financiera de hoy (*55 y 56), advierte que “hasta que no se revierta la exclusión y la inequidad…será imposible erradicar la violencia” (*59) que tanto preocupa y amenaza las sociedades de hoy y advierte que los excluidos se irritan cuando “ven crecer el cáncer social que es la corrupción” (*60) que constituye la lacra generadora de otras lacras en nuestros pueblos.
Pero además advierte, en reiteración de los fundamentos de nuestra doctrina, que “La dignidad de la persona humana y el bien común son cuestiones que debería estructurar toda política económica” (*203) y que “los planes asistenciales…solo deberían pensarse como respuestas pasajeras (*202) e insiste en “la creación de fuentes de trabajo…y la promoción integral de los pobres en lugar del mero asistencialismo” (*204) como exigencia de la economía.
Termina rogándole a Dios “que crezca el número de políticos “capaces de ….sanar las raíces profundas y no las apariencias de los males de nuestro mundo”(*205)
Estas exhortaciones constituyen líneas básicas conducentes a la renovación ideológica de nuestro partido, premisa fundamental para prepararnos para reconquistar el poder en el 2020 y aportarle a nuestra nación la regeneración democrática que ahora se necesita.
Así nuevamente el PRSC se consagraría como el partido que ha llevado, en esta etapa de nuestra vida institucional, a la superación de las grandes crisis que hemos afrontado.
Hagamoslo ahora, reformistas de corazón, como dice nuestro himno, como lo hicieron Balaguer y el PRSC hicieron en 1961, en 1966 y en 1986; en el nombre de Duarte, de Sanchez y de Mella.
¡!Adelante reformistas, A Paso de Vencedores!!!