El Maestro de maestros cuestionaba de qué sirve ganar mucho si se pierde lo principal. Los reformistas deberían preguntarse ¿De qué sirve ganar en el PRSC si seguimos perdiendo valoración y respeto, disminuyendo el espacio y preferencias políticas requeridas para detener desgarramiento nacional y desesperanza democrática?
Nuestra nación se está desgarrando por inseguridad, delincuencia, corrupción, impunidad, desempleo, insatisfacción de necesidades, precariedad de servicios públicos, déficits, endeudamiento, producción desalentada, caos demoterritorial, degradación ambiental, descomposición moral, descontrol migratorio-fronterizo.
Ello en medio de desesperanzas producto de apatías y absolutismo gubernamentales, desórdenes institucionales y desmoronamiento del sistema partidario evidenciado por pérdida de influencia ante ciudadanos inconformes que la están canalizando y catalizando en movimientos sociales hasta ahora carentes de mecanismos de respuestas políticas; incluyendo partidos más mayoritarios, en los cuales se otean confrontaciones que hacen pronosticable “choque de trenes”.
Esta situación le abre brechas al PRSC.
A su doctrina socialcristiana: respetando dignidad humana independiente de afiliaciones partidarias, organizando sociedad pluralistamente sin estatizarla, sustituir economía especulativa por propiciadora de producción y trabajo. Edificar el Estado para Bien Común, no bienestares particulares, respetando su rol supletorio frente a potencialidades particulares.
A su praxis experimentada: Reunificamos familia dominicana como ninguna nación que ha sufrido dictadura y guerras fratricidas ha logrado, ordenamos y disciplinamos la función pública, restablecimos soberanía nacional, transformamos economía impregnándole crecimiento y diversificación; distribuimos sus beneficios, preservamos ambientalmente y ordenamos territorios, cuidamos identidad nacional, institucionalizamos alternabilidad democrática ininterrumpida durante medio siglo.
Podemos aportarle al país vocación de servicio a funcionarios, austeridad en manejo de recursos, simplificación tributaria, disciplina fiscal, detener endeudamientos, apoyar producción-invirtiendo en infraestructura, financiando a bajas tasas y ventas populares-rescatar barrios urbanos, levantar comunidades rurales; liberalizar transporte, combustible y energía para hacernos competitivos, preservar medio ambiente e identidad nacional, controlar migraciones y fronteras, detener corrupción en puertas de despachos. Que no emane de ellos.
Lo requerido para ello es un PRSC fuerte: “la democracia dominicana es mejor con un PRSC fuerte”. Joaquín Balaguer/1998.
Un PRSC institucionalizado conforme nuestros estatutos: (1) Apegado a convicciones doctrinarias reforzando programas de Formación Política, destacando su vocación transformadora y el “compromiso ético y renovador” (2) estructurando un discurso referido a esencias, ejecutorias y realizaciones que practicamos 3) Exponiéndolo sistemáticamente a la nación mediante un accionar y una agresiva presencia comunicacional en los debates sustanciales de la nación (4) Implantar plenamente nuestra organización conforme el proceso asambleario cuatrienal, ya vencido.