En el proyecto de presupuesto conocido ayer, el gobierno está contando que va a obtener financiamientos entre US$5500 y US$6000 millones.
Esto así al comparar los gastos con las recaudaciones.
Le gobierno ha postulado gastos totales, incluyendo amortización de deudas, ascendentes a RD$ 997 mil millones.
De acuerdo a nuestras estimaciones, las recaudaciones no sobrepasarán los RD$ 690 mil millones para 2020, suponiendo incluso una tasa de crecimiento del 10% de crecimiento a las recaudaciones realmente observadas durante 2019; una tasa de crecimiento que es elevada puesto que supera el crecimiento de la economía a precios corrientes ( pbi+inflación) y teniendo en cuenta que el próximo 2020 será un año electoral en el que funcionarios recaudadores y supervisores están participando activamente en la campaña lo cual puede inducirlo a ser condescendiente con eventuales aportadores de recursos al proceso político.
Para avalar nuestra estimación sobre las recaudaciones en 2020 utilizamos el siguiente procedimiento:
- Tomamos las recaudaciones obtenidas al 15 de agosto 2019 del portal electrónico de DIGEPRES, que ascendían a RD$ 390 mil millones. Como ese día correspondía al 227 del año, promediamos las recaudaciones diarias, dando por resultado RD$ 1718 millones.
- Con ese promedio diario estimamos las recaudaciones para los 365 días del año, arrojando la suma de RD$ 627 mil millones para todo el año 2019
- A esta suma le aplicamos el incremento del 10%, alcanzándose los RD$ 690 mil millones de recaudaciones estimadas para 2020.
Comparando los gastos de RD$ 997 mil millones con los RD$690 mil millones de recaudaciones arroja un faltante de RD$ 307 mil millones equivalentes a US$ 5900 millones a una tasa de cambio de 52 RD$/US$, pudiendo fluctuar en la medida que se deprecie o aprecie el peso dominicano.
Dado el ya elevado endeudamiento dominicano debidamente advertido por organismos internacionales, el incierto orden internacional predominante caracterizado por desaceleración económica y tambores de guerra, el que 2020 sea un año electoral con posibilidades de cambiar gobierno y el mismo desequilibrio fiscal derivado del presupuesto; las condiciones para obtener financiamiento presentan mayores restricciones que en años anteriores por lo que constituye una irresponsabilidad e imprudencia postular un presupuesto como el que ha sido anunciado.