Los conflictos que hemos padecido durante años y las intenciones de superarlos litigando en TSE, han obstaculizado que podamos “salir a las calles con las banderas desplegadas” para postular estos preceptos y expresiones frente al estado actual de cosas.
Independientemente de fallos evacuados por TSE, la experiencia ha demostrado que no son suficientes para emprender acciones con el vigor que reclaman las circunstancias para cumplir las responsabilidades y hacer nuestros aportes por mejorar condiciones de vida de connacionales.
Cual que sean los fallos, los reformistas necesitamos reencontrarnos armoniosamente para enviar señales convincentes al elevado número de seguidores que esperan que volvamos a asumir ganas y garras para gobernar como lo hicimos en el pasado cuando familia dominicana y FFAA estuvieron divididas, nación ocupada, economía y finanzas públicas deshechas y nuestros compatriotas “vestían de harapos” y mostraban “el vientre repleto de parásitos”.
Transformar esta situación fue posible por crecimiento económico y reformas sociales emprendidas, acreditándonos para hacer lo propio en un presente cargado de preocupaciones por temas en los que tenemos mucho que aportar: indisciplina fiscal, imprudencia y sobrecargos tributarios y endeudamientos, aumento de amenazas a nuestros productores por guerra comercial mediante imposiciones arancelarias, pobreza comprimida por burocracia y subsidios en lugar de superarla con economía creadora de puestos de trabajo, asistencia social inhibidora y clientelista, servicios públicos precarios, depredación ambiental, pérdida de identidad nacional.
Deberíamos pues, estar prestos a responder requerimientos derivados de la interposición que decida emprender la Defensoría del Pueblo.
E incluso avanzar agenda de entendimiento conteniendo: (1) Discurso-programa basado en nuestra ideología, experiencias y acorde con situación actual, (2)Formación de tantos Directorios como colegios electorales con indicaciones de recuperar presencia reformista en barrios y (3) Cumplir disposiciones sobre ética y disciplina y elecciones internas mandada en arts. 28,31 y 32 de Ley de Partidos recientemente aprobada.