Pasado mañana rememoramos aniversario del nacimiento de Balaguer. Justo y pertinente resulta recordar su plataforma de gobierno centrada y partiendo del cuidadoso manejo de recursos respondiendo a sensibilidades, preocupación y visión que deben caracterizar todo líder, gobernante y estadística responsables.
Este manejo permitió alcanzar fiscalidad superavitaria proporcionándole recursos para inversiones generadoras de puestos de trabajo, apoyadoras de procesos productores de bienes y servicios y proveedora de servicios relacionadas con la infraestructura social en nuestros barrios y campos. Hoy, la fiscalidad deficitaria predomina consumiéndose la totalidad de recaudaciones en cargas fijas.
Entonces resultaba innecesario recurrir a endeudamientos, externos generadores de dependencia e internos encarecedores del costo del dinero en perjuicio del crédito e inversiones para producción y consumo. Hoy el externo es imprescindible para efectuar inversiones públicas, supeditando decisiones domésticas -destino, contrataciones y hasta políticas migratorias- y compromete rentas nacionales. Y el Estado, financiándose sus déficits internamente, succiona recursos potenciales de inversión privada y encarece el crédito por altos intereses pagados para atraer recursos.
Balaguer prefería las construcciones con tecnologías empleadoras de mano de obra para combatir el desempleo urbano y concebía reforma agraria para el rural; proveyendo oportunidades de generar ingresos sin caer en delincuencia. Cada rincón nacional recibía el efecto de una obra. Sus programas asistenciales – ventas populares, fundas y bicicletas – eran indiscriminados. Hoy observamos mega-construcciones concentradas en conurbaciones levantadas con uso intensivo de maquinarias y tarjetas identificadoras de beneficios estatales potencialmente clientelistas.
Su preocupación ambiental lo llevó a detener proyectos como carretera que seccionaba el Parque Los Haitises, hoy construida. A disponer cierre de aserradores, hoy depredados. A soñar con verdores expresados en sus disposiciones ambientalistas, hoy maltratadas por inescrupulosos.
Rechazó pretensiones externas acarameladas en provisión de recursos. No hubo en 22 años de gobierno, ajustes drásticos y dolorosos lesivos a clases necesitadas, ni tasas de interés elevadas para atraer capitales foráneos ni paquetazos tributarios ni predominaron imposiciones contractuales, concentradoras de riqueza y/o asociados internacionalmente a redes corruptas. Rechazó iniciativas exógenas erróneas para encarar nuestra situación fronteriza como el cierre de abastecimiento hacia Haití y campamentos de concentración.
Recordemos estos y otros elementos compartidos en despachos como colaborador, por conformar una plataforma imprescindible para el bien gobernar; los cuales mantienen vigencia como ha demostrado Alemania al mantenerse blindada de las crisis económicas sufridas desde 2008 y al liderar la economía de la Eurozona. Y España que ha podido recuperarse del socio-populismo demagógico e irresponsable.
Disponemos, en la praxis económico-social seguida por Balaguer, la oportunidad de recuperarnos del socio-populismo impuesto por gobiernos posteriores causantes de déficits, endeudamiento, dependencia, desempleo, concentración de riqueza, precariedades sociales e indefensión ciudadana